Maria Petit: Perder la visión y ganar una nueva forma de ver las cosas
HISTORIAS REALES
Publicado 13 dic 2025
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Por
Ona Canales
Probar hasta dónde llegar sin ver: el origen de todo
“Quiero comprobar hasta dónde puedo llegar sin ver nada.” Esta fue la motivación que llevó a una chica de 19 años a experimentar con todos los deportes habidos y por haber apenas dos años después de sufrir un accidente que la dejó ciega. Venía del baloncesto y la gimnasia artística, pero decidió ampliar horizontes (y de qué manera): atletismo, esquí, surf, wakesurf, yoga, fútbol, senderismo, escalada, bicicleta, entrenamiento funcional, running, trail running. “Y creo que ya está”, comenta tranquilamente como quien acaba de leer la lista de la compra. Vamos fuertes.
Quién es Maria Petit
Tiene 32 años y es de Vilassar de Mar. Cuando le pregunto, para contextualizarme, quién es Maria Petit, me confiesa que siempre le cuesta mucho responder a esto. Me siento identificada. “Yo creo que Maria…”, empieza, y se para unos instantes. "Me definiría como una chica enérgica, extrovertida, curiosa, muy sensible y con ganas de hacer nuevos planes, tener nuevos retos y nuevas ilusiones. Intento hacer frente a las cosas con mucho sentido del humor, ironía y sarcasmo.” No se lo digo, pero lo pienso: seríamos buenas amigas.
Además de entregarse al deporte, trabaja en la comunicación de una empresa textil y vela por la inclusión de las personas con discapacidad dentro del mundo laboral con la Fundación Adecco, de la cual es embajadora. Sí, es probable que ya lo sepáis, todo esto. María ha protagonizado multitud de artículos, programas de televisión y de radio que le han entrevistado de todas las maneras posibles. Ah, y también tiene un libro, Marieta de l’ull viu (2021), donde afirma que deja ver su esencia. Pero siempre queda algo por decir, ¿no?
Cuando el deporte deja de ser un reto y se convierte en placer
Me cuenta que no fue hasta que subió una montaña que vio que no es que pudiera hacerlo, sino que le gustaba. “Creo que es el tema más importante”, defiende. “Hacer lo que te gusta y lo que te llena de verdad. Le da más sentido a todo.” Maria habla del deporte como un estilo de vida que ha ido ganando presencia en ella sin buscarlo, orgánicamente. Como una historia de amor sano.
Vamos charlando y, disculpad mi ignorancia, yo no puedo parar de romperme la cabeza pensando en cómo pudo hacer surf sin ver nada. Bueno, surf y todo el resto: escalada, esquí, bici, trail running… ¿Cómo es posible? Al final se lo pregunto; necesito entenderlo. “Yo no soy de las que piensan que se me ha desarrollado alguna capacidad mágica. Estar en forma, escuchar y hacer caso de las órdenes que me decían.” Señala, también, que las personas ciegas tienen en muchos casos guías que les hacen de ojos mientras practican deporte, y que dependiendo de la disciplina les hace falta un guía o dos. Me aclara que, en cualquier caso, tienen que ser personas que dominen bastante la práctica para poder dirigir a otra persona y adaptarse al ritmo físico que esta tenga.
Alimentación, deporte y escuchar el cuerpo
Pasamos al tema de la alimentación y no tiene ningún problema en compartir que, cuando practicaba atletismo, desarrolló una gran fijación por tener una alimentación perfecta. “Me atrevería a autodiagnosticarme una ortorexia”, opina, “obsesión por comer sano.” Esto, sumado a otros problemas crónicos digestivos (“para que me entiendas, mi plato preferido es el arroz blanco y la tortilla a la francesa”), ha hecho que siempre tenga complicaciones en el estómago. Por lo tanto, confirma que “encontrar una alimentación adecuada en el mundo del deporte es básicamente esencial.”
Ha probado todo tipo de geles energéticos. “Los más caros, los más buenos, los que todo el mundo dice que entran tan bien… y no puedo. Ningún gel me sienta bien, ni uno. Los de Salssa son los únicos que he encontrado que se adecuan a mis necesidades.” Me alegra escucharlo. ¿Pero, por qué? Maria lo tiene claro: “es la fruta natural y seca triturada con la harina de arroz.” Dejadme decir (no muy alto para no pecar de orgullo) que me parece que tiene un poco de razón.
Venga, y terminamos con un consejo. Después de pedirle qué le diría a una persona que se quiera iniciar en el deporte y tenga alguna dificultad para llevarlo a cabo, lo que contesta me llega con una intensidad que no esperaba: “Pruébalo. Pruébalo. Mira cómo te sientes, qué sensaciones tienes, y a partir de aquí hablamos. Lo primordial es lanzarte a probarlo. Que no se aplace, que no se deje para más tarde. Ya lo haré, ya lo probaré... No. Pruébalo.”
Pues eso, ya la hemos oído. Ahora a hacerle caso.
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